Mi investigación etnográfica examina el papel social de la servilleta, textil que es simultáneamente un detalle trivial y vital en prácticas alimentarias ordinarias y festivas centrales para la reproducción de la vida. Fueron investigados dos ejemplos contemporáneos de servilletas bordadas a mano: aquellas producidas en San Antonino Castillo Velasco, que llevan bordadas las flores producidas en la región y aquellas vendidas en Ocotlán, piezas bordadas sobre tela previamente serigrafiada con ilustraciones de flores, personajes de la cultura de masas, imágenes religiosas y otras. Los puntos fantasía que acompañan esta última forjan intrincadas texturas geométricas y ambas se terminan con punto de gancho o anudado. A pesar de diversas, esas piezas son similares en cuanto a sus usos: la servilleta cobija y adorna alimentos y regalos que contribuyen a la construcción de la comunalidad entre vivos y muertos, hombres y mujeres, mexicanos y extranjeros. Deambulando entre hogares, mercados, cementerios y puestos de comida callejera, las servilletas investigadas participan en un circuito predominantemente femenino, tradicional y popular que abarca al menos tres aspectos: 1) económico-laboral, como fuente de ingresos para mujeres indígenas artesanas o para cocineras que la ocupan en sus puestos; 2) afectivo, al formar parte del trabajo de parentesco; 3) creativo, dada su vasta combinación de figuras, texturas y colores. Aunque sea muy presente en la vida social y en la estructura alimentaria de Oaxaca, la servilleta resulta muy tímida en el debate entre especialistas, revelando la invisibilización de las labores material y simbólica presentes en esa pieza. Explorando estos aspectos, argumento cómo servilletas, fruto de la inquietud creativa de sus artesanas, participan activa y estéticamente en momentos honrosos de la reproducción de la vida culturalmente compartida de algunas comunidades de Oaxaca. Durante la investigación, registré parte de la misma bordando un cuaderno de campo textil y dos servilletas.